Antonio Palma
30/IV/98 Mi querido Miguel: No recuerdo ya la última vez que tuve que coger un papel y un lápiz, pero seguro que no fue para escribir una carta. Pero parece que ya no puedo retrasarlo más, por ello perdona a tu madre en los errores o faltas que cometa, te escribe más con el corazón que con la cabeza.
Puedes
imaginarte que la sorpresa fue enorme: no lo esperábamos de ninguna de
las maneras y cada uno aguantó el golpe como pudo. El que peor suerte
tuvo fue tu padre, desde entonces se encuentra con una depresión que lo
ha vuelto un poco niño ¡él, que siempre fue el cabeza de familia!.
Las noches las pasaba en vela. Salía de la cama silencioso para no
despertarme y se sentaba en el salón. Entre cigarrillo y cigarrillo se
preguntaba en que había fallado para que acabaras donde ahora estás.
Luego el dolor le vencía y un llanto silencioso cubría su cara. Yo,
siempre despierta, me iba con él, lo abrazaba y le decía que no se
preocupara, que tú no estabas mal ahí y que muy pronto volverías.
Entonces siempre repetía lo mismo: que él te quería y que nunca había
tenido ocasión de hablarlo contigo. Le prometía que tú ya lo sabías
y que tendría oportunidad de decírtelo en persona. Pero su estado me
hacía esconder el miedo para que no lo notara ¡Fingir y fingir con
todos, eso es casi toda mi vida! Aunque lo cierto es que de salud ando
en general bien, sólo la cadera me da problemas de vez en cuando y
debería operármela, pero ahora no puedo, con lo que tengo encima me es
imposible ¡ya me la operaré, no hay prisa! Ahora de lo que tengo más
ganas es de ir a la comunicación y darte un gran abrazo, aunque no te
lo merezcas. Tu padre me hace repetirle todos los días que te dé otro
de su parte. Ahí le tienes ahora mismo, ensimismado, mirando por la
ventana y viendo su pasado, más triste que nunca. Pero sé que todo
esto pasará, llegará un día que lo dejarás atrás y entonces apoyaré
tu cabeza sobre mi vientre, como si aún te llevara dentro, y me sentiré
la madre más feliz de todas.
Besos
de tu madre,
Luisa. 06/VIII/00
Amada
Verónica:
¡No sabes cuánto me duele que hayas tenido que
enterarte de esta forma! Te mandé a Joaquín Garcés, el abogado, para
que lo fueras sabiendo poco a poco, sin que tuvieras que asustarte. Pero
llegó tarde, y ya se encargó la policía de ir a casa y desatar el escándalo.
Sé
que vives en circunstancias difíciles, con los vecinos mirándote por
encima del hombro y cuchicheando a tu espalda y los amigos, que han
huido todos en desbandada, permaneciendo los que lo son de verdad. Pero
poco a poco, entre la ayuda que te pueda dar yo y la que te darán en el
exterior iremos venciendo esto. Además, la gente termina aburriéndose
y olvidando. Lo importante es que tú y yo nos sigamos queriendo como
hasta ahora. Sabes perfectamente que desde que te conocí todo lo he
hecho por ti. Incluso esta locura de la coca no fue más que un intento
de que saliéramos de tanta penuria económica como hemos padecido.
Aunque esto no es motivo para que no reconozca mi culpa. Soy culpable y
lo tengo que pagar.
Ahora me quedo esperando el día de la
comunicación para poder verte, aunque no pueda acariciarte por el
cristal blindado que nos separa. Pero recuerda, que tu esposo te ama como siempre lo ha hecho: ¡con todo su corazón!
Besos,
Ernesto.
1/X/98
¡Esa chica
guapa!:
Ya sabrás por todos los coleguitas del barrio que he
vuelto a caer y estoy en la trena. Esto ha cambiado desde que estuve la última vez: cada día
la gente es más pipa que a
los chivatos hay que pegarlos para que se callen, en vez de para que
hablen. Entré un poco chungo
por el mono de los tres días en la gobi,
pero en cuanto llegué al módulo la suerte cambió. Mi compi de chabolo tenía material
y esa noche me puse casi por los tres días anteriores. Ahora nos lo
tenemos montao de forma que nunca nos falta, pero ya te contaré porque no
me fío de que no nos lean las cartas. Para vernos me tienes que mandar
el número de tu D.N.I., y así yo te autorizo por instancia para las
comunicaciones. No quiero que vengas sola, le dices a cualquiera del
barrio que te traiga, ¡pero cuidadito con ellos porque no me fío ni un
poquito! Por eso, también quiero que me escribas, así me voy enterando
de lo que ocurre en el barrio, que también me interesa. En la
comunicación ya te contaré que quiero que hagas. Te quiero un puñao. Besos de tu
Satur.
14/VI/01
...
no tuve ninguna alternativa. Yo no deseaba que ese hombre muriera, pero
me estaba apuntando con un arma e iba a disparar. Tan sólo tuve más
suerte. Llegamos a un punto que fue como lanzar una moneda al aire: salió
que él tenía que morir y yo seguir viviendo, pero perfectamente podía
haber ocurrido lo contrario. No me siento orgulloso, incluso aparece su
imagen muchas noches en mis pesadillas. Pero estoy vivo y me sien feliz
por ello. Creo que tú deberías sentir lo mismo. Al fin y al cabo
nuestra relación va a continuar y eso es lo más importante ¿o no es
así?...
2/IX/00
Querido Ernesto:
No
sé si voy a ser capaz de aguantar esto. Es una situación que me
supera. Los primeros días no hacía más que llorar y llorar, y me los
pasé
encerrada porque ni me atrevía a salir a la calle. Ahora estoy
algo mejor, al menos puedo ir al mercado sin que suponga un reto o una
vergüenza, y mi vida comienza a tomar un ritmo muy parecido al que
llevaba cuando tú estabas aquí.
Sobre
lo otro, los motivos por los que hiciste aquello, prefiero no decir
nada, ya te juzgarán. Sin embargo, tienes que pensar que me has puesto
en una situación dificilísima. Entre otras cosas, me he tenido que
poner a buscar trabajo para que no nos quiten el piso, que es lo único
que tenemos. La cosa no está nada fácil, aunque estoy segura que
pronto encontraré algo, está mi hermano en ello y ya sabes como es.
Por cierto, la situación con él es un poco tensa ¡siempre haciendo de
hermano mayor! Y sabes que nunca le gustaste. Ahora no hace más que
repetirme que te deje, que te quedes allí tirado porque es lo que
mereces. Yo procuro enfadarme para que se calle, y lo hace. Le cuesta un
mundo, pero lo hace. Tú no le hagas ningún caso. Preocúpate de salir
cuanto antes, que de lo de fuera me encargo yo. Besos de tu esposa,
Verónica
17/II/00
Hermana sor Juana:
Nunca
he escrito a nadie y no sé cómo me saldrá, pero me veo muy obligado a
hacerlo. Ya sabe por sus visitas semanales al módulo, y que tanto le
agradecemos todos, que me encuentro solo en la vida. Son ya diez largos
años que murió mi hermana, lo único que me quedaba en el mundo, y
desde entonces la soledad es mi única compañera, como dicen aquí los
malos poetas. Ahora estoy rodeado de gente, y eso me hace sentirme mucho
más solo aun. No sabría como expresarlo, pero en mi corazón siento
una punzada que cada vez es más larga y dolorosa. Sé que tiene muchas
cosas que hacer, que está todo el día de un lugar a otro intentando
ayudar a las personas, pero sólo le costaría unos minutos escribirme
cuatro letras y mandármelas aquí. Es mucho lo que le estoy pidiendo y
si he sido demasiado atrevido le pido disculpas. Pero ¡sería tan
importante para mi recibir alguna carta de vez en cuando! ¡Me haría
tan dichoso! Su alma, que tanto ha visto y padecido, me entenderá
perfectamente ¡Unas pocas letras nada más!
Suyo
afectísimo y que Dios guarde a usted muchos años,
Rogelio.
7/V/98
Madre
querida:
Soy consciente de que el esfuerzo que estáis
haciendo por mi culpa es enorme. Ruego todos los días a Dios para que
esto acabe pronto, pero le rezo con más devoción para que me dé
tiempo y oportunidad para compensarle de todo el mal que le he hecho. A
ti también te incluyo en mis plegarias, pero padre ¡es tan mayor y tan
frágil!
Esto no es como el mundo exterior lo representa.
Tienes cosas mejores y peores, cosas buenas y cosas malas. Yo vivo
tranquilo: no me meto con nadie y nadie se mete conmigo. Como aquí si
algo sobra es el tiempo (nuestro gran enemigo) procuro hacer deporte,
leer y jugar alguna que otra partida de naipes, lo que sea con tal de
tener la mente callada y tranquila (nuestra segunda pesadilla). Me hago
un plan horario y lo cumplo a rajatabla. Bueno, ya me conoces y sabes de
mi manía de acabar todo lo que me marco en mi férreo calendario.
Quiero decir con esto, madre, que no tienes que llorar imaginando que
estoy en un sitio húmedo y lóbrego y luchando todo el día por mi
dignidad, que de eso ya no queda nada. Hoy todo es hormigón y acero
inoxidable y la gente se limita a hacer su vida. Quiero que te quedes
tranquila, sobre todo porque todavía resta un trecho muy largo por
delante y esto es una carrera de fondo. El tiempo no se detiene, pero
parece como si se arrastrara con dificultad.
Al fin sólo queda la familia. Es una buena lección
que se aprende aquí, aunque no quiero hacer el papel del niño
arrepentido que vuelve con mamá y papá. Es algo más profundo: ser
consciente del amor que te han dado y te dan tus padres y sentir a la
vez todas las cosas malas que les has hecho. Lo peor es que seguís
sufriendo y eso tengo que arreglarlo en cuanto pueda ¡Os debo todo el
AMOR que pueda daros para que seáis felices, para intentar corregir el
pasado!
Bueno, madre, me despido ya porque si no
esta carta no os va a llegar nunca. Sólo pedirte que le digas a padre
que yo también le quiero. Y muchos besos para ti, mi rubia preferida,
de tu hijo que te adora
Miguel.
24/VI/02
Amigo
mío: En momentos como los que estoy viviendo es cuando la amistad tiene un sentido verdadero. Tú, Vicente, me lo has demostrado largamente ayudando a mi familia, y permaneceré siempre en deuda contigo. También Juan y Laurita se han portado muy bien y tampoco lo olvidaré. Por cierto, el otro día fue mi mujer a verla. Hacía tiempo que no se encontraban, pero se han tratado casi como hermanas. Mi esposa no habla más que maravillas de Laurita, y ella hace otro tanto. Sería una estupidez que con la amistad que tienen no pudiéramos ayudarnos entre todos. Conoces las magníficas dotes de mi mujer para relacionarse con todo el mundo, y hablando por casualidad con unas personas que se había encontrado, salió en la conversación que ellos están en el negocio de las telas y como tú y tu familia os dedicáis a la confección y venta de ropa, se nos ocurrió relacionar a unos con otros. Yo sé (he adelantado unos pasos ya) que Juan y Laurita están de acuerdo, así como los amigos de mi esposa. Sólo falta que te lo pienses y des tu aprobación.
Antes
de despedirme, únicamente reiterarte mi gratitud por todo lo que estás
haciendo. Me gustaría que vinieras un día a verme, pero eso lo dejo en
tus manos.
Tu
amigo,
Pedro.
16/X/98
¡Ese
Satur!
Me
quedé mogollón de pillada cuando me dijeron que estabas de nuevo
dentro. Como no me habías contado nada no me lo esperaba ¡Podías
haberme comentado algo de en lo que estabas metido! La verdad es que ¡ya
te vale! Pero no quiero ponerme en plan soltar la bronca, sólo decirte
que te hecho de menos cuando no te tengo a mi lado. Sabes que de estas
cosas de cursilerías y pijotadas paso, pero somos pareja, somos uno
como cuando en el parque lo fuimos por primera vez mirando las
estrellas. Fue muy bonito, y el pedo de tripis que llevábamos los dos
impresionante ¡Bueno, pues eso!
He
estado estos últimos días con el Rafita y el Peli, para ponernos de
acuerdo para ir a verte. El carro lo pone Rafita, que se está portando
de puta madre. Ha pensado dar un palo con el Peli y mandarte todo lo que
saquen para que allí dentro no te falte de nada
¡Fíjate si son buenos colegas!
De
tu madre sé poco. Me pasé por su casa y me recibió con una cara de
mosqueo que me fui en cuanto supe inventar una disculpa. No he vuelto a
verla. La verdad es que paso de tu vieja.
Recuerda
que el domingo por la tarde vamos todos a la comunicación ¡Hasta
entonces!
Muchos
besos de tu
Bea
22/VI/01
...me
hablas sobre ti y, sin embargo, aunque puedo reconocer tu letra no puedo
hacer lo mismo contigo ¡Toda la vida creyendo en ti! ¡El responsable,
amante de su esposa, serio y más moralista que ninguno!...y ahora
resulta que eres un asesino. No sé qué ocurrió ese día, quizá sea
mucho mejor que tú sigas vivo, pero nunca serás el mismo: ni el que yo
creía, ni el que eras en realidad. Al final, nuestra relación y
nuestra familia ya no son ni nuestra relación ni nuestra familia, y no
sé si algún día lo volverán a ser. Necesito verte, reconocerte de
nuevo y saber quién eres en realidad. Quizá llegue a descubrir que
todo esto sirvió para...
16/XII/02
Querido
Ramón:
Es
terrible todo lo que ha sucedido. Era consciente de que llevábamos un
tiempo sin tratarnos, pero siempre pensé que tu orgullo te impedía
verme porque te iban mal las cosas. Imaginaba que todo se arreglaría y
volverías a entrar de nuevo en mi vida, como has hecho siempre ¡Qué
tonta he sido! ¡Cuándo luchabas por no hundirte yo no fui capaz de
darme cuenta y ayudarte! Pero eso ya cambió. Eres mi hermano y no voy a
permitir que ninguno de mi familia tenga que sufrir un calvario en un
sitio como ese, lleno de delincuentes y gentuza. No te preocupes por
nada. He hablado con Julián, mi marido, y nos brinda toda su ayuda. Lo
primero que ha hecho ha sido enviarte el mejor abogado, Esteban Ruiz,
que es un profesional muy cualificado en todo este tipo de asuntos. Confía
en él, y confía más en tu hermana, que sabes que te quiere y que hará
todo lo que esté en su mano para ayudarte ¡Tontorrón! Lo siento, pero
no he sido capaz de resistirme a reprenderte un poco. ¡Para eso
soy la mayor!
Muchos
besos de tu hermana,
Carmen.
25/II/00
Mi
querido Rogelio:
No
puede haber un favor más sencillo y más importante a la vez que el que
me pides, porque la soledad es muy importante. Te recuerdo bien de mis
visitas al módulo y sé que no hablas mucho porque eres muy tímido,
pero he procurado ser yo la que se acercara a ti para llevarte un poco
de esperanza a tu corazón triste. Pero ya no tienes que estar triste
por estar solo, ahora me tienes a mí, y la amistad es un regalo
maravilloso.
Cuéntame
cosas sobre tu vida, lo que te gusta y lo que no, lo que tienes pensado
para el futuro, aunque todavía te quede tiempo por cumplir. En fin, enséñame
cómo eres, Rogelio. Quiero ayudarte, y aparte de mi amistad bien poco
puedo darte, pero estoy segura que lo que ahora necesitas no es
material.
Como
sabes bien, estoy muy atareada, pero procuraré sacar un hueco para
contestarte a todas las cartas que me mandes. Pero mientras, tienes que
portarte bien en el módulo. Tienes que alejarte de los problemas y no
discutir con nadie, que no merece la pena, Rogelio, y un día puedes
tener un problema mucho más serio. Pero sé que cambiarás en esos
errores que luego te llevan a hacer cosas que tú no quieres. Tengo
plena confianza en ti.
Recibe
un abrazo lleno de amor de
Sor Juana.
20/I/03
Mi
querido Pedro:
Cuando
ingresaste en prisión nos comprometimos a seguir unidos y ayudarnos
mutuamente. Hasta ahora he cumplido mi palabra, pero el tiempo va
transcurriendo y veo cómo la vida pasa a mi lado y que no puedo casi
tocarla.
El
negocio de la confección va
muy bien. Le debemos mucho a Vicente por toda la ayuda que nos ha
prestado (aunque él también se lleva su parte). Ya sabes que los
problemas no son económicos. Me siento muy sola, Pedro, tienes que
comprenderme, son muchos meses y yo todavía soy joven ¡Si al menos
supiera algo con seguridad, que sales dentro de un año o de dos, no sé,
quizá fuera más fácil, pero con tanta incertidumbre es para volverse
loca! Con todo esto, cariño, no te digo que te vaya a abandonar ni nada
parecido. Pero deseaba que supieras mis dudas, así, con la tranquilidad
del papel que permite pensar antes de escribir y también leer con
calma, entendiendo las palabras en lo que significan.
Esta
semana estoy menos atareada y podré pasar a verte. En la comunicación
hablamos de todo aquello que pensamos y sentimos y aclaramos nuestras
vidas. Por eso, no llevaré a los chicos, no me gusta que estén
presente en nuestras discusiones. Todos te mandan muchos besos, que te
quieren mucho, y la pequeña siempre me pregunta por qué no regresas y
dejas ese barco tan feo. Te echan de menos, como yo, pues ten presente
que te sigo queriendo.
Besos
de tu esposa,
María.
20/VI/01
Módulo 9
¡Hola,
Teresa! ¿cómo estás?
Yo
la verdad es que estoy más solo que la una. Cuando mi compi Rafa me
dijo que su chica tenía una amiga me puse muy contento. Pero quería
que antes lo supieras, para que veas que no soy un cara dura y voy de
legal. Tener una amiga aquí es mogollón de importante porque no se te
hacen los días tan aburridos y monótonos y uno tiene ganas de seguir
adelante ¡Bueno, tampoco quiero ponerme en plan filosófico!
Para
que me vayas conociendo te cuento que me llamo Luis, tengo treinta y
cuatro años, soy moreno y mido como uno setenta ¡No soy ningún
gigante! Me gusta la pasta y la comida basura, los amigos y la música,
cualquier tipo, aunque prefiero flamenco.
Estoy
con una causa de cuatro años y medio por un atraco, pero me tiene que
bajar otra por lo mismo, así que tengo para bastante tiempo. Lo bueno
es que aún me queda ilusión, y más ahora que tu entras en mi vida.
Por eso, contéstame y cuéntame como eres y las penas de tu vida que yo
te contaré las mías.
Recibe
un fuerte abrazo de tu compi,
Luis.
13/V/02
Amada
Verónica:
Son
muchos los meses que no recibo carta tuya y cada vez se espacian más
tus visitas ¡Cuando más te necesito! Llevo cerca de dos años
encerrado en este maldito lugar y, aunque lucho para que el tiempo siga
corriendo, cada vez me pesa más. Mis hombros están doloridos y mis
piernas me flaquean. ¡No puedes fallarme ahora!
Llevo
lo suficiente como para saber que lo único que te salva es tener una
ilusión, una aspiración, un mínimo plan para cuando llegue el momento
de salir. Y necesito tenerte para continuar, estar seguro de que cuando
toda esta pesadilla acabe podré regresar a casa
y tú estarás en ella. Es mucho lo que llevas sufrido, no es fácil la
calle cuando tienes a alguien dentro, pero ¡queda tan poco ya! Es el último
esfuerzo, quizá el más duro, pero con él se resuelve todo.
Por
eso, te ruego que me escribas, que en cuentes al menos qué está
pasando, para no sufrir aquí imaginando la mayor de las soledades.
También me gustaría mucho verte,
que vinieras a alguna comunicación íntima como al principio,
pero no quiero pedir demasiado. Recuerda que te sigo amando
Ernesto.
6/V/00
Mi
madrecita querida:
Tanto tiempo viviendo esta situación te está
afectando. Cada vez que vienes te veo más ajada, como si ya no pudieras
vencer el agotamiento. Y eso me preocupa muchísimo. Por eso, te ruego
que distancies tus visitas. Ven sólo a los vis a vis familiares, que es
cuando podemos estar a solas. Tú bastante tienes con papá, que el
pobre está cada día un poquito peor. Ahora estáis más unidos que
nunca y eso es toda la alegría de papá, pero yo sé que sufres cuando
compruebas que su vida se apaga poco a poco y no puedes hacer prácticamente
nada. Poca es la ayuda que os puedo dar desde aquí: seguir cambiando
para que estéis orgullosos de vuestro hijo y luchar para que me den los
permisos cuanto antes. Ya verás cuando salga y pasemos unos días
juntos como cambian las cosas y será más llevadero. Y poco a poco,
casi sin darnos cuenta, estaré en Régimen Abierto y la pesadilla habrá
desaparecido. Lo peor ya lo he pasado. Bueno, lo peor ya lo hemos pasado
todos, vosotros como marineros involuntarios en esta travesía ¡Os
quiero tanto y os debo tanto que nunca tendré para devolveros todo
cuanto me habéis dado! Es por lo que necesito que padre te prometa que
me va a esperar, que va a aguantar hasta que salga de aquí y se sienta
orgulloso de su hijo ¡di que lo harás, madre! ¡Tengo tanto que
recuperar con vosotros!
Muchos
besos de tu hijo que os quiere,
Miguel.
30/XI/02
...
y, sin embargo, tengo la sensación de que mi piel se va transformando
casi imperceptiblemente. Primero perdió su brillo, más tarde su
tersura y ahora es como si perdiera su composición y se estuviera
transformando en algo animal y adiposo. Algo frío y húmedo que da asco
tocar. Y sé que es por ese hombre, arrebatada su vida por mis manos. Me
salvé de la muerte, pero para qué ¿para transformarme en algo
repugnante? Cada noche sueño con sus ojos, con esa última mirada que
me clavó antes de morir. Es su venganza y la está utilizando siempre
que lo desea para torturarme y que el fantasma sea yo ¡Si pudiera
vencerle, aunque tan sólo fuera una vez, dormir una noche entera sin
ver sus ojos en mis sueños! Entonces, quizás...
2/II/00
¡Ese mi Satur. Llevo un mogollón
de tiempo sin escribirte. Como nos veíamos los fines de semana en las
comunicaciones me retiré del boli, pero ahora lo vuelvo a coger.
Si
no he ido a verte últimamente es porque ando liada en un asunto, ya tú
sabes, pero que de salir bien nos arregla el cuerpo de una vez. Hay que
pensar que te queda poco para salir y entonces necesitaremos pasta para
largarnos de aquí y empezar de nuevo.
Del
barrio te cuento que la mayoría son unas mamonas que les está bien
empleado lo que les pase. Van diciendo por ahí que paso de ti, que no
voy a verte, que ando enrollada con el Peli. En fin, un montón de
gilipolleces propias de auténticos capullos. Sabes que te quiero y que
sigues siendo mi chico. Es cierto que me acuesto de vez en cuando con el
Peli, pero yo sé que tú me entiendes. Son dos años y con una vez al
mes es poquísimo, tú me conoces. Además, siempre dijiste que nuestra
relación era abierta, y la prueba es que lo hiciste en un par de
ocasiones. Pero no se trata de eso, lo importante es que te quiero a ti
y que en cuanto salgas nadie nos va a separar ¡Tienes que creerme, tío,
cuando te digo que para mí no existe nadie más que tú! ¡Todos mis
besos y mis deseos son para ti!
Tu
compi para siempre,
Bea.
21/XII/02
Querida hermana:
¡Ya
sabía yo al escribirte que eras la única persona en quien podía
confiar de verdad!
Como
ya sabrás, estuvo a verme el abogado de Julián. Ese Esteban Ruiz sabe
lo que se hace, y eso se lo debo a tu marido, no creas que voy a olvidar
todo esto fácilmente.
El
caso es que conoce muy bien al Juez Instructor y me ha dicho que en unos
cuantos días me concederán la libertad provisional, que las Navidades
las paso en casa ¡No te puedes imaginar qué alivio! Estos sitios están
llenos de perdedores. Gente a la que la miseria y el dolor ha destruido.
Es fácil observarles y darte cuenta de lo poco que se hubiera
necesitado para que fueran como los demás. Es triste, muy triste. Ahora
los dejo atrás y no volverán a existir, invisibles para todos.
Yo
he aprendido la lección y no quiero volver jamás a un sitio como éste.
En eso también es optimista Esteban Ruiz. Me ha dicho que una vez fuera
y por un delito económico no tendré que pisar la cárcel ni un día más.
Tengo motivos para estar contento y lo estoy, y también emocionado por
la ayuda que me habéis prestado, tanto tú, mi hermana querida, como
Julián. Tengo que reconocer que no me lo esperaba, pero sé que estoy
en deuda con él.
Si
hay suerte, esta será la última carta que te envíe privado de
libertad. Será señal de que nos hemos abrazado y besado ya en la
calle.
Muchos
besos de tu hermano y un fuerte abrazo a Julián,
Ramón.
1/III/01
Querida sor Juana:
Es
mucho lo que le debo porque es mucho lo que ha hecho por mí en estos
meses y la única manera que encuentro de recompensarla es que se sienta
orgullosa de mí. Para eso he estado haciendo cursos, estudiando y
trabajando en Mantenimiento, para cambiar y volverme una persona
distinta, bueno no, lo contrario, igual a las demás que llevan una vida
normal. También he aprendido de usted a administrarme el dinero, y le
puedo decir como un secreto que tengo unas pesetillas ahorradas. No
quiero encontrarme en la calle con los bolsillos vacíos como la última
vez, que mire a donde me ha traído.
No
es mucho ya el resto que me queda de condena, y eso me hace pensar en el
futuro, por eso los ahorros. Mi idea es buscarme un trabajo que me
permita vivir por mí mismo, sin depender de los demás.
Después
de eso le tengo una sorpresa preparada. Pero como es una sorpresa no
pienso decirle nada.
Muchos
besos de su hermano de corazón,
Rogelio
1/VII/02
Mi querido Ernesto:
Lo
que no puedes pretender es que en todo este tiempo no haya rehecho mi
vida. Nada se para ni allí dentro ni aquí fuera.
Recuerda que me tuve que poner a trabajar, que gracias a mi
hermano pude entrar en una empresa de Informática. La cosa me ha ido
bien y ahora tengo un puesto que me gusta, me gusta mucho y me pagan
bien. Viajo con cierta regularidad y conozco a mucha gente. Ahora soy lo
contrario de lo que tenías antes de caer, ni tan siquiera estoy segura
de que te guste la nueva Verónica ¿y qué decir de ti? ¡Crees que no te habrá afectado esa experiencia? Tú
tampoco eres ya el mismo. Después de tanta palabrería no somos más
que un par de desconocidos aún interesados en salvar un matrimonio
fantasma. Pero no te preocupes, puede que ocurra un milagro y podamos
estar juntos después de tantos cambios y mutaciones.
Sabes que aún hay un hueco tuyo
en mi corazón.
Muchos
besos,
Verónica.
15/V/00
Querido hijo mío:
Tu
padre está cada día peor, muchas veces ni se acuerda de quién es ni
de dónde se encuentra. No sé cuanto aguantará, y eso me hace sentirme
inútil, incapaz de salvar al hombre que amo.
Tu
primer permiso no puede tardar mucho, y eso ya verás cómo le anima. En
cuanto te tenga entre sus brazos recordará todo lo que tiene olvidado:
estoy segura que serás su mejor medicina. Yo también tengo muchas
ganas de que regreses, verte dando vueltas a mi alrededor por la cocina
y en el salón, muy cerca de mí y de tu padre.
Fuimos
una familia feliz y no hay motivos para que no sigámoslo siendo. Estoy
segura que en cuanto estemos juntos todo cambiará. Entiéndeme Miguel,
hijo mío, necesito creer en algo para no derrumbarme. Ya tendré tiempo
de descansar cuando tú me ayudes en casa, como hacías antes Un beso muy fuerte de tu madre,
Luisa
Besos
también de tu padre
21/VI/01
Módulo 12
¡Hola
Luis! A mí también me ha dado alegría el conocernos, aunque sea por
carta. Por cierto que la tuya me ha gustado mucho. Pareces serio y eso
está bien ¡Estoy tan harta de bandarras que van de kíes y luego son
unos mierdas! Perdona mi manera de hablar, pero es por el cansancio de
ese tipo de gente.
Bueno,
empezaré con las descripción: también soy morena, llevo el pelo largo
y rizado. Mido más o menos lo que tú y ahora estoy un poco gordita,
pero quiero correr y perder peso.
Ahora
la pregunta ¿por qué estoy aquí? Llevo siete años de una condena de
dieciocho porque un día me harté de que mi marido me pegara casi a
diario, reaccioné y en una pelea murió. Fue un impulso, inconsciente,
pero no me arrepiento, lo estoy pagando y punto. La mayor alegría de mi
vida son mis hijos. Tengo uno mayorcito, catorce años, un golfo como su
padre, y luego dos niñas gemelas, Laura y Ana, de doce. Como ves, yo
también soy clara y directa ¡Sinceridad y la verdad por delante desde
el primer día! Pero tampoco te creas que soy un ogro ni nada de eso, no
me como a nadie. Y menos a un chico guapo como tú, que ya me lo ha
comentado mi compi que te ha visto a la salida de misa.
Te
tengo que dejar porque estoy agotada y están llamando para la cena.
Un
abrazo de tu compi,
Teresa.
5/XII/02
...porque
al principio pensé que no te conocía. Pero ahora es distinto, es mucho
el tiempo que ha pasado. Excepto la primera vez que volvimos a
encontrarnos en la prisión, situación muy difícil por lo que había
ocurrido, me he ido dando cuenta que eres el mismo. Sólo los enfermos
tienen una doble personalidad, y tú no eres ningún enfermo. Lo sé
porque te he ido reconociendo cada nueva vez que te veía: lo único que
había cambiado era nuestra memoria, esa conciencia común que poseemos
y a la que le faltaba el episodio principal, pero nada más. Tú eres
fuerte, seguro de ti mismo y noble. No eres mala persona ni te dominó
la locura ¡Fue un juego de suma cero y lo ganaste, eres el vencedor,
nada más! No puedes hundirte con el recuerdo deformado de algo que no
se puede cambiar. Mira esos terribles ojos de frente, no los rehuyas y
en algún momento se desviarán y ya nunca más tendrás que verlos,
habrán desaparecido. No me muestres una imagen de debilidad porque es
falsa. No vuelvas a fallarme, no sé si conseguiría soportarlo una
segunda vez, y tenemos un futuro maravilloso, los dos juntos, en...
9/II/00
¿Qué tal preciosa?
Ya
me he enterado de tus movidas en el gachi
¡Ya te vale, colega! No te digo que te chapes en casa y no salgas
ni a la puerta de la calle, incluso lo del Peli me parece una pasada,
pero tampoco es para tanto. Relación abierta, fui el primero en
decirlo, pero de ahí a que se entere todo el barrio es una putada, Bea,
compréndelo. Yo te creo, sé que me quieres y que en cuanto salga
volveremos a estar juntos, pero mantén un poco el rollo porque me dejas
con el culo al aire ¡Si no me molaras
tanto! Porque sabes que estoy pillado contigo, de lo contrario ya
veríamos.
Cambiando
de tema, que éste me da muy mal rollo. No sé muy bien de qué trata el
asunto del que me hablas, pero júrame que no habrá problemas y que no
vas a acabar aquí dentro otra vez porque si no me va a dar algo. Piénsatelo
antes de hacerlo, ¿me lo prometes? ¡Espero que sí! Aquí he conocido
gente de puta madre para hacer cosas cuando salga, gente fiable cien por
cien ¡De verdad!
¡Paso
de hacerme el preocupado, ya eres mayorcita! Lo único que espero es que
estés cuando salga y que podamos hacer todas esas cosas que hemos soñado.
Mil
besos a mi preciosa de tu
Satur.
26/I/03
Mi amada María:
Como
te dije en la comunicación, entiendo perfectamente tus dudas, tu deseo
de no verte enterrada en vida. Pero tienes que entenderme a mí. La peor
parte me tocó en suerte, y sabes que siempre he intentado molestarte lo
menos posible desde que estoy encerrado. Tú siempre has sabido a qué
me dedicaba, no ha sido ninguna sorpresa para ti. Ambos sabíamos que
podía ocurrir y nunca dijiste nada. Te gustaba la buena ropa, ir en un
coche espectacular y comer en los mejores restaurantes. Todo eso salía
de ahí, de jugarme la libertad. No quiero con esto que te sientas
acusada ni nada parecido. Es sólo que ¡te amo tanto y tengo tanto
miedo a perderte, a salir por fin de aquí y no encontrarte!
Un
poco más de paciencia, es lo único que debemos tener. Cuando queramos
darnos cuenta todo esto habrá pasado y nos parecerá una mala pesadilla
al poco tiempo olvidada.
Sabes
que no me puede quedar mucho. Cuando vuelva a casa y estemos todos
juntos en el lugar que durante años hemos compartido, todo te parecerá
distinto. Volveremos a ser la familia perfecta que éramos y de nuevo
sentiremos la envidia de nuestros amigos.
Te
ama tu marido,
Pedro.
26/XII/02
Mi Ramón querido:
Me
gustaría felicitarte las Navidades, aunque ya llegue tarde y no hayas
podido salir y estar con nosotros, pero los imponderables han
determinantes. Hemos tenido la mala suerte de que el Juez se puso malo y
no se pudo hacer nada. Pero ya está de nuevo en su juzgado y Esteban
Ruiz ha ido esta mañana para acelerar todo porque me moriría de pena
si no estuvieras aquí, con nosotros, la Nochevieja y el Año Nuevo.
El
abogado ha quedado en ir a verte en cuanto sepa la más mínima novedad.
Pero le he dicho que sea una noticia buena, si es mala es mejor que no
te la cuente.
Nosotros
pasamos la Nochebuena todos reunidos, ya sabes cómo es, aunque tú
odiabas ese tipo de celebraciones y nunca pudimos contar con tu
presencia. Pero eso ya acabó, en este fin de año volveremos a
reunirnos todos y tú estarás también. Así podré darte los abrazos
en persona.
Muchos
besos de tu hermana,
Carmen.
30/XII/02
Hermanita adorada:
Te
escribo a toda velocidad porque el auto de libertad provisional está a
punto de llegar. Antes de que acabe el día estaré fuera de aquí y no
pienso volver la vista atrás.
Aunque
estaremos juntos en unas horas, he deseado mandarte esta carta para que
lo que voy a decirte se quede grabado para el futuro.
He
comprendido que la familia es lo primero. Suceda lo que suceda a partir
de ahora, he cambiado lo suficiente para no volver a mis huidas y al
tiempo lejos de los míos. Te prometo que vosotros, tú y tu marido, que
se ha portado de maravilla conmigo, seréis una prioridad en mi vida y
nunca más celebraremos unas Navidades separados.
Por
cierto, el otro día estuve recordando que de niños nos llevábamos muy
bien y jugábamos juntos ¿En qué momento nuestro cariño fue
insuficiente y nos llevó a separarnos? Quizá nunca lo sepamos, pero ya
no importa al tratarse del pasado. Lo único importante es el presente y
el futuro.
Tengo
que dejarte porque están nombrándome por megafonía y es para
comunicarme la libertad ¡Hasta ahora!
Tu
hermano que te quiere,
Ramón.
6/VII/02
Amada Verónica:
Sé
que está ocurriendo algo y que tratas de ocultármelo. Te conozco
demasiado bien para no darme cuenta. Probablemente me abandonarás, si
no lo has hecho ya, y no sabes cómo contármelo. Sé que estoy al borde
del abismo, pero tengo que seguir luchando por ti. Mientras me quede un
mínimo de esperanza seguiré intentándolo.
Tú
has sufrido mucho desde el principio, te lo he reconocido siempre, no
creas que soy injusto. También me doy cuenta de que ahora eres
distinta, no tuve más que verte la última vez que viniste a visitarme,
y sí, yo también soy diferente: todo esto me ha afectado y seré otro
Ernesto cuando salga de aquí. Pero en esencia seguimos siendo los
mismos. Los que se reían y disfrutaban con cualquier cosa, como al
principio, y los que siempre lo han compartido todo. Fui yo quien te
mintió, y soy culpable de ello, pero no utilices mi pecado y seas en
esto tan falsa como lo fui yo. Lo importante, siempre lo hemos dicho, es
la confianza, y aunque ahora vive malos momentos, somos lo
suficientemente fuertes para restituirla de nuevo. Pero para llegar a
eso hay que intentarlo y, lo más importante, seguir amándonos. Yo te
amo como el primer día, incluso más, pero ¿y tú? ¿Me sigues amando?
Tu
esposo,
Ernesto.
23/IX/00
Querida madre:
¡Llevo
desde la mañana dando saltos de alegría porque me han concedido el
permiso! ¡Ya empieza a verse la luz al final del túnel! Aunque todavía
resta cerca de un mes y son sólo cuatro días, lo cierto es que estoy
muy contento. No creas que sólo porque voy a pisar de nuevo la calle,
sino también porque voy a pasar unos días con las personas que más
quiero: contigo y con padre. Para él va a ser muy importante verme
fuera de aquí, pero además lo animaré todo lo que pueda para que
después de esos días retenga unas pocas fuerzas para aguantar hasta el
permiso siguiente.
A
ti te dedico un capítulo aparte porque me tienes muy preocupado. Soy
consciente de que cada día estás peor de la cadera, que necesitas una
operación que estás retrasando porque no puedes dejar a padre solo. Es
algo que me quita el sueño y me duele en el alma. Pero lo que realmente
me enfada es la frustración de no poder ayudarte en nada al estar
encerrado aquí ¡Pero saldré, madre, te lo juro! Así podrás operarte
porque cuidaré de padre día y noche, y tras la operación ocurrirá lo
mismo contigo para que así tengas una buena rehabilitación y no
padezcas esos dolores que ahora te matan y tienes que callar para que
padre no se dé cuenta y tenga otro motivo más para sufrir.
Todo cambiará porque ya está empezando a
cambiar. En unos pocos días otra vez los tres juntos en casa.
Muchos besos de tu hijo,
Miguel.
30/III/01
Querido Rogelio:
Parece
como si este mes viniera cargado de regalos, pues al que me anuncias
como sorpresa tengo que añadir uno de mi parte para ti. Como me dejas
en la duda, yo hago lo mismo y no te cuento nada. La verdad es que no
estoy segura de ello y prefiero no hablar hasta que sea algo seguro, no
vayamos a estropearlo todo.
Respecto
de ti, tengo muy buenas referencias de los encargados de Mantenimiento,
parece que eres muy trabajador y no te metes nunca en líos. Seguro que
les gustas, y ya sabes que eso es muy positivo para cuando llegue el
momento de los permisos y el Régimen Abierto. Pero lo importante es que
eres ya muy distinto del Rogelio que me lanzó un salvavidas para que le
ayudara a salir de la soledad. Ahora tienes amigos porque te los
mereces, eres fiel con ellos y tratas de ayudarlos siempre que puedes.
Eso es bueno, muy bueno, y me sonrojo un poco al pensar que fui yo quien
te llevó por el buen camino.
Sabes
que me cambiaron de Centro y me es difícil volver, pero con todo seguro
que consigo colarme una tarde e ir a verte. Siento mucho aprecio por ti,
me haces sentirme contenta con el mundo.
Una
amiga que te aprecia,
Sor Juana.
6/V/03
Querido Pedro:
Aunque
hay muchas partes de tu carta que prefiero olvidar, sí hay algo que no
puedo, ni quiero, pasar por alto. Tienes toda razón cuando me dices lo
que has hecho por mí, aunque ambos tengamos pensamientos distintos
sobre esto: tú te refieres al dinero y a lo material, sin embargo yo
tengo en mi memoria todo lo feliz que me has hecho tanto tiempo. No
puedo olvidar la cantidad de anécdotas y los momentos maravillosos que
vivimos juntos, y eso me sigue atando a ti en este presente. Quizá
tengas razón, que esté a punto de terminar esta locura y podamos
disfrutar de un futuro unidos. Seguro que verte de nuevo en casa, en tu
sillón, con la luz tenue y charlando con calma me transforma por
completo y me llena del valor suficiente que necesito para esperarte.
Pero no me pidas que vuelva a visitarte, ese lugar me da escalofríos.
Vuelve
a casa, te estaré esperando.
Muchos
besos de tu esposa,
María.
13/XII/02
...como
una roca junto a la orilla del río. Cuando las aguas nos arrastran
hacia la segura perdición de un lugar seguro, te agarras a ella, a esa
mole que parece puesta ahí para salvarnos. Te puedes imaginar que me
refiero a ti, a esa energía que a veces te sale de dentro para que las
cosas no te venzan. En ese momento eres una: fuerza y belleza ¡Y ha
funcionado! De nuevo me siento el de siempre, ni mejor ni peor que los
demás. Sería estúpido quitar una vida para salvar la mía y luego
echarla a perder por unas pesadillas. Ya no sueño con él, ha
desaparecido y estoy seguro que jamás volverá ¡Soy de nuevo libre! Lo
secundario, lo material puede esperar, ya no es lo más importante. Por
eso, me reconocerás enseguida la próxima vez que...
17/III/00
¿Qué tal coleguita?
Aquí
las cosas van mal, muy mal ¡no veas cómo ha cambiado la calle! No hay
más que maderos por todas partes y pijos gilipollas ¡No hay quién lo
aguante! Cualquier cosa que intentas sale mal, te están esperando o
llegan en el peor momento. Está cayendo mucha gente ¡Pero a ti qué te
voy a contar si los verás llegar casi a diario! Sabes que Bea tenía un
trabajo con nosotros, que somos bragados, no como los mariquitas de
ahora. El caso es que lo teníamos todo muy bien planeado ¿Cómo
entrar? ¿Qué hacer dentro? ¿Cómo salir? Chachi que el plan era muy
bueno, nadie se hubiera podido imaginar lo que ocurrió. No sé de dónde,
pero empezaron a salir lecheras de
todas partes, nos pusimos nerviosos y empezaron a verse las armas, ellos
apuntándonos y nosotros a la cabeza de los que retuvimos para intentar
la huida. Se oyó un disparo sin saber de qué bando había partido. Se
organizó un tiroteo y todo fue un caos. Es imposible pensar lo más mínimo
en esa situación, casi ni se puede ver. Pero yo la vi, estaba en el
suelo, una ráfaga le había destrozado la cara, la reconocí por su
ropa y sus botas, siempre con ellas, inconfundible. Bea no se merecía
una muerte así. Era una buena tía, no te dejaba tirado ni nada
parecido. Se enrollaba de puta madre... y ahora... Sabes perfectamente
lo que ocurrió entre nosotros, pero era poco más que sexo. Siempre te
quiso a ti, te nombraba a todas horas y se le notaba cómo le brillaban
los ojos al hablar de ti. Aunque a nuestra manera, tío, los dos la
quisimos, por eso me parecía que debías enterarte por mí y que no te
lo soltara de golpe cualquier gualtrapa de los muchos que hay. Sé que dentro de poco empezarás a
salir y nos veremos en el gachi
¡Nos podemos tomar unas birras! ¿Qué te parece?
¡Lo
siento, Satur, de verdad que lo siento de todo corazón! ¡Es todo tan
triste!
Tu
colega,
Peli.
20VI/02
Módulo 9
Amada Teresa:
Hoy
es nuestro aniversario porque hace exactamente un año que te mandé la
primera carta ¡Y cuantas ha habido después! Como ves, no me he
olvidado de este día. Ninguno de los 365 días me he olvidado de ti.
Desde entonces te llevo en mi corazón porque te quiero, me quieres y
nos hacemos felices. Eres una mujer maravillosa, y sólo puedo sentirme
afortunado por tenerte.
Me
hubiera gustado que hoy lo pasáramos juntos, incluso “perdernos”
un rato me hubiera hecho feliz, pero hoy es justamente el peor día
y, además, hay una guardia de las chungas. Pero al menos he podido
sacar un huequito para escribirte y así pasar un rato contigo, aunque
tan solo sea a través del bolígrafo. Lo malo es que nos podamos ver
tan poco, pero ya mejorará. Además, hay parejas que aun se ven menos y
siguen adelante. Como nosotros, que seguiremos hasta que podamos salir
de aquí.
Chiqui
mía, ahora te tengo que dejar para conseguir que esta carta te llegue
antes del chape de la noche. Sería muy triste que hoy no recibieras
carta mía.
Tu
Luis, que te quiere un puñado.
20/VII/02
¡Mi pobre Ernesto!
Tienes
toda la razón: debí ser sincera contigo, pero me resultaba muy cruel
escribirte a la cárcel para decirte que ya no te amo porque ahora estoy
enamorada de otra persona y mi futuro ya no lo concibo sin él. ¡Ya
ves!, al final no he conseguido comunicártelo con suavidad.
El
tiempo pasa inexorable, Ernesto, tanto para ti, allí dentro, como para
mí, aquí afuera. Desde el momento que perdiste tu libertad nuestras
vidas trazaron rumbos distintos: era lo lógico y no se podía obviar.
Fue precisamente porque tú me pusiste en aquella situación que ahora
soy distinta, una nueva Verónica ¡y me gusta más que la de antes! Es
extraña y sarcástica la vida: porque tú me abandonaste (aunque no
fuera por deseo expreso) he podido encontrar la verdadera mujer que
llevaba dentro ¡Ironías de la suerte!
Siento
que nuestro matrimonio acabe así porque no deseo hacerte daño. Al
contrario, ojalá salgas pronto y encuentres una mujer que te haga feliz
¡Te lo deseo de todo corazón!
Verónica.
2/V/01
Querido hijo mío:
¡Me
siento la madre más dichosa del mundo! ¡Cuando recibimos noticias
tuyas informándonos del día que abandonas definitivamente la prisión
fuimos las personas más felices sobre la tierra! A tu padre le ha
cambiado la cara de un día para otro. No parece el mismo, todo el
tiempo nervioso y excitado como si fuera un niño.
Han
sido unos años muy duros. Tu padre me tenía muy asustada, no quería
comer, siempre encerrado en casa, como si ya no deseara vivir. Era lo
que me hacía permanecer por las noches despierta, rumiando mi dolor y
echando todas las lágrimas que delante de tu padre no podía. Pero todo
eso ya acabó, por fortuna dentro de unos días quedará atrás. Ahora
es el momento de que luches, encuentres trabajo y empieces a trazar una
vida como todas las demás y así no meterte en más líos que puedan
volver a regresarte allí ¡Eso ya no lo soportaría!
Puede
que todo esto te haya servido y algún día mires estos meses de atrás
como una oportunidad que te dio la vida, una segunda oportunidad que a
muchos está negada.
Mi
Miguel querido, el jueves de la próxima semana estaremos de nuevo
juntos. En este momento es lo único que importa.
Te
quiere tu madre,
Luisa.
13/X/01
Querida sor Juana:
Estoy
conmovido por lo que acaba de hacer por mí. Nunca nadie me prestó
ayuda y ahora usted ha desbordado todas mis ilusiones. Ya sabe que sigo
siendo muy tímido y que mi cabeza funciona despacio, por eso prefiero
un papel y un boli para decirle lo que pienso y siento.
A
usted le debo la vida entera. Recién llegado a una prisión, sin
amigos, sin familia, sin nadie. Casi ni me hablaba con los compañeros y
ahora voy a poder trabajar cerca de usted, ayudar a los demás y
conseguir el dinero necesario para llevar una vida digna. Su sorpresa al
preguntarme si deseaba trabajar en su mismo grupo fue enorme ¡Ya me vio
que parecía un cachorro, nervioso, temblando y sin poder parar!
Lo
único que puedo prometerle es que mi corazón está con Dios y con
usted, su mensajera, y que
intentaré no fallarle jamás, Soy un nuevo Rogelio y sólo espero poder
hacer con alguien lo que usted ha hecho por mí.
Dentro
de unos días saldré y empezaré mi nueva vida, llena de esperanza y
amor hacia los demás. Hasta entonces se despide
Su
hermano de corazón,
Rogelio.
21/VI/02
Módulo 12
Mi amado Luis:
¡Cómo
me iba a olvidar de nuestro aniversario! La sorpresa es que te acordaras
tú y me enviaras una carta tan bonita ¡Nadie me dijo nunca
cosas tan bonitas, en toda mi vida! En este momento estoy sola en el
chabolo, hace rato ya que chaparon, pero mentalmente estoy contigo y me
digo a mí misma: ¡Vaya suerte que has tenido, tía, al conocer a Luis!
Yo intento hacerte feliz, aunque sea los pocos momentos que estamos
juntos, y te escribo todos los días para que sigamos unidos y todo el
tiempo que nos queda pasar aquí estemos menos solos. Luego quizás
tengamos suerte. Pero de momento estamos a aquí, es de noche, es
presente y te quiero. No deseo soñar con nada más.
Tu
chica preferida,
Teresa. |